Más allá de la majestuosidad de su paisaje y el extenso lago que la caracteriza, la región lacustre de Jalisco es un fascinante crisol de historia, sanación y contemporaneidad. El agradable trayecto de 40 kilómetros desde Guadalajara hasta el encantador pueblo de Chapala se convierte en una experiencia que invita a disfrutar cada momento.

La ribera de Chapala, apreciada tanto por los locales como por los visitantes, se destaca por su clima atractivo y el colorido de las pintorescas poblaciones que bordean las orillas del lago. Nuestro recorrido comienza en Chapala, se extiende por Ajijic y culmina en Jocotepec, haciendo una parada en San Juan Cosalá.

Primera Estación: Chapala

Con cariño, se le conoce como la «Villa de Pescadores». La nostalgia impregna sus calles, donde las primeras fotografías revelan redes secándose al sol mientras pequeñas embarcaciones se pierden en el horizonte del lago expansivo. El bullicio alegre del presente dialoga con la melancolía, especialmente durante los paseos por el malecón, desde donde se puede contemplar la Isla de los Alacranes.
La gastronomía local ofrece delicias como los charalitos con limón y sal, así como los inigualables «dulces de Chapala», una variedad de caramelos con sabores como jamaica, limón, leche quemada, arrayán, guayaba y tamarindo, por mencionar algunos.

Ajijic, Zona de Descanso

Ajijic se presenta como un remanso de descanso con casas y calles bien cuidadas, espacios culturales, teatros y un hermoso malecón. La variada oferta gastronómica, junto con el clima agradable y el paisaje encantador, convierten a Ajijic en un pueblo que invita a la contemplación y al disfrute.

San Juan Cosalá: Aguas Termales

Este espacio de aguas termales, donde décadas atrás se construyeron balnearios, atrae a visitantes en busca de alivio del estrés y una escapada de la vida urbana agitada.

Jocotepec y sus Caminos

Finalmente, Jocotepec nos invita a quedarnos en su malecón y rendir homenaje a la naturaleza mientras observamos el fin del día. La ribera ofrece una experiencia sencilla y a menudo olvidada: la posibilidad de contemplar el tiempo y la vegetación, una invitación a reconectarnos con lo esencial.

En conjunto, este viaje por la región lacustre de Jalisco no solo es un recorrido turístico, sino una inmersión en una experiencia que fusiona la riqueza histórica con la vibrante vida contemporánea